Una de las suertes que tengo es la de haberme cruzado con compañeros que en un principio me alegraba el hecho de que compartimos nuestra cultura, idioma y humor. Pero luego de un par de charlas me di cuenta de que coincido en más que eso, que el gusto por ciertos temas, sean literarios, históricos, artísticos no son mutuos. Eso por supuesto ha profundizado el vínculo.
Uno de esos intereses es precisamente la fotografía, en el caso de ellos, muy atraídos por la foto analógica, más allá del método, lo importante es que nos mueve esto de hacer foto, de salir a la calle a capturar imágenes. Así, estando al tanto de esto se me ocurrió proponer salidas después de horas del trabajo, ya que tenemos un buen par de horas de sol pleno y maravilloso después de las 18:00, ¡un éxito!
Por supuesto que el hecho de compartir consejos, experiencia y todo lo relacionado con la temática en sí enriquece, y en varios sentidos, me enriquece por el simple hecho de divertirme, de crear este espacio de juego junto a mis amigos, por que ese es el otro gran pilar, la amistad, que se nutre y profundiza a medida que creamos este espacio compartido, eso no tiene precio!
Mientras escribía el párrafo anterior me viene un “ recuerdo que no fue” la memoria me lleva a que esto fue lo que quise vivir con mis compañeros de la carrera de fotos, esos con los que compartí 3 años y con mucha iniciativa intente siempre aglutinar en algo en conjunto y nunca hubo interés alguno, lo comparo con lo poco que me ha costado hoy y parece un chiste aquello del pasado. Interés, de eso se trata, como en cada situación social.
Pero más allá de esa reflexión, me llevó y dedico este texto a estas nuevas fotos y amistad que crecen de a poco y que hacen de esta estancia en Alemania algo muchísimo más placentero.
¡Nos vemos leemos en la próxima!
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