Entro en este blog para escribir este post y me doy cuenta de que hacía prácticamente
un año atrás que hice un último posteo. En aquel me atrevía a simplemente
practicar toma fotográfica, paso un año complicadísimo entre grandes éxitos y
varios, varios momentos de urgencia e incertidumbre.
En ese momento se acercaba uno de los momentos más críticos de mi proceso para
poder salir de Argentina, tramites, aprobaciones, exámenes de idioma y el
suspenso de no saber si al final, todos los esfuerzos de 2 años de preparación
finalmente serian validados finalmente con la aprobación de la visa.
Como un acto reflejo empecé a buscar trabajo, ¡recuerdo que en un laburo para durar 2 meses no más! Lo que hizo caer en cuenta del hecho fue un trabajo en el que me pedían completar un examen durante un fin de semana, empecé a hacerlo y dije: “¿sabes qué? No quiero seguir haciendo esto”, así que me sinceré con el empleador y pensé en otro plan. El comercio nunca se me había dado bien, hasta el momento en que me vi obligado a deshacerme de mucho equipo al tiempo de hacer algún dinero, así que me di a la tarea de publicar montón de cosas para publicarlas en internet. ¡Éxito total! (¡y encima un aplauso a todos esos que venden por internet y tienen que explicar lo mismo 1000 veces a gente que no se molesta en leer la publicación todos los días, realmente, lo padecí mal!). Así solucionaba el problema del sustento, uno menos, quedaban muchos más y para mayor adrenalina…¡En medio de una conversación surgió la idea de viajar a Colombia!: aprovechar que tenía muchas millas de la aerolínea LATAM y tiempo, Se me ocurrió que podía ir a visitar a parte de mi familia y hacerme una operación quirúrgica que siempre había querido, los recursos eran escasos, pero no había tenido mejor momento que este: ahora que no trabajaba y no tenia que esperar unas vacaciones ni tener que especificar una fecha de retorno, era ahí.
Alineación de planetas.
Aun estaba procesando mi despido e intentando decidir qué hacer cuando se me dio por revisar también una app de citas, la cual había dejado de revisar dada mi rutina de trabajo en las noches y poco tiempo libre, lo importante: salió un match con una chica, M. Un poco chateábamos e intentábamos concretar algún encuentro, pero por temas de ella se extendió, al final logramos coordinar y encontrarnos en una pizzería cerca de casa, recuerdo que la conversación fue genial, teníamos muchos puntos e intereses en común, además le conté de mi plan de ir a Colombia en una semana, volver un par de semanas a la Argentina y después irme del país a fin de junio.
Quizás por los chubascos emocionales que atravesaba y mi plan de acción, inconscientemente una parte de mi daba por perdida la oportunidad (más equivocado no podía estar), el hecho fue que no pude concentrarme para decirle que sí, que me gustaba y que quería seguir viéndome con ella. caí en cuenta luego de llegar a casa, fue muy extraño no haber actuado como hubiese querido y solo atiné a hacérselo saber vía mensajes. ¡Por suerte coincidimos! ¡La semana siguiente nos vimos y esta vez sí se convirtió como tal en una cita! Otro éxito y una nota mental: No hay que dar por perdido nada que aún no se materializa.
Ya ese mismo día a la noche me iba a Colombia y tenía que preparar todo, pero creo que será el siguiente capitulo, ¡qué bien que me hace escribir todo esto!
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