“Every year is getting shorter, never seem to find the time
Plans that either come to naught or half a page of scribbled lines
Hanging on in quiet desperation is the English way
The time is gone, the song is over, thought I’d something more to say..,”
“Time” -Pink Floyd
Como me planteaba al comienzo de este año, estoy actualizando este blog con episodios relevantes en mi vida desde la última que vez que había escrito algo acá, tomando esta tarea a modo de ejercicio terapéutico que me permita de alguna manera apropiarme de mi propia de ese concepto que tanto incorpore en mis sesiones de psicoanálisis, “La responsabilidad subjetiva” que yo entendí como hacerse cargo de no solo del deseo, sino también de todas las acciones que nos alejan de este; busco un poco en internet para tener una definición sobre la que apoyarme y me aparecen distintas referencias al termino, todas relacionadas a lo legal e incluso como figura de varios códigos civiles, me entero a través de un paper que en efecto ese es el origen y que el psicoanálisis lo tomo de esa raíz, seria:
La “responsabilidad subjetiva” es aquella en que se le atribuye la culpa al individuo que realiza la conducta en cuestión sin dolo ni intención y que debe reparar el daño. Siempre se considera, en este tipo de responsabilidad jurídica, al sujeto en posición de causa, ya sea por omisión, negligencia, descuido, etc.
“Reparar el daño” De eso se trata.
Había parado justo cuando me tuve que readaptar a una nueva rutina y sea por falta de habito de horarios o agotamiento mental de tanta información almacenada. Lo cierto es que había abandonado el post anterior a la mitad de camino y muy tímidamente había agregado alguna que otra línea, me hice consiente de que estaba abandonando este proyecto de vuelta, y esta misma semana, con tenía media cara anestesiada y mientras una esmerada odontóloga hacia lo suyo, me planteaba que algo tenia que hacer al respecto y así, planificaba este fin de semana: si no puedo salir a hacer fotos por la lluvia intermitente de todos los días, sí que podía quedarme en casa y hacer algo al respecto del blog.
Llegado el día de la fecha y fiel a su estilo, la lluvia hizo lo suyo, en eso que me descubro una vez más evadiéndome de escribir, se me ocurre escribir a una amiga que hace mucho no le escribía y quería saber de ella, de hecho desde temprano se me había cruzado escribirle, le escribo y le hablo de mis cambios, siempre fui yo de llevar la conversación, al final se abre y me confiesa: Recién le acaban de diagnosticar cáncer de mama y en unos días, el día de su cumpleaños precisamente, recibe nada menos que los resultados de un diagnostico que determina como va a iniciar el tratamiento, se me pasan cantidad de imágenes por las cabeza me pongo a disposición pero su estado emocional es aunque fuerte parece estoico, ya que me dice que incluso ni quiere hablar del tema ni de nada más, se aísla y no puedo hacer más que respetarla.
Paso un buen rato digiriendo la noticia y se me ocurre hacer lo único que puedo hacer, reparar mi daño y publicar mi post. Después de todo, puede que tenga menos tiempo del que pienso.
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