Polonia, un nuevo amor

Y luego de un par de meses sin viajes ni nuevas aventuras finalmente pude aprovechar el inicio de octubre que acá en Alemania se celebra un feriado, por “el día de la reunificación” cuando ambos países volvieron a ser uno. Lo cierto es que venía con el objetivo de Polonia desde hacia tiempo, desde que visite el campo de concentración de Sachasen Hausen cerca de Berlín de hecho. Así que vi la ocasión y viajé, por primera vez, en el temido (y frustrante) Deutsche Bahn a Krakow la ciudad mejor conservada, más turística y cercana a Auswitch. La experiencia fue hermosa al principio, mi primer viaje dentro de Europa en un tren. Viajé de día así que tenia todo el paisaje para distraerme por unas 8 horas.

 

Llegué tarde, más de lo que esperaba por un par de desvíos con los trenes, lo cierto es que vi que el no estaba tan lejos caminando desde la terminal hasta el hostel donde me iba a quedar, así que decidí irme caminando, como para estirar las piernas un poco y así de paso conocer. Me encantó apenas salí de la estación de tren, empecé a caminar por esas calles adoquinadas, un paseo con bancos y faroles muy antiguos y el pasar de unos trams también un poco desfasados en el tiempo, la atmosfera era toda un pintura! Recuerdo que así, caminando entre edificios antiguos llegue a mi Hostel, que supo ser algún edificio de oficinas hasta no hace mucho. A la mañana siguiente me sorprendió con un resplandor lindo, así empezaba esta aventura linda, a levantarse, prepararse y salir, el día seria largo. Comenzando como ya es costumbre, con los recorridos de Freewalk. Historias maravillosas y una plaza central verdaderamente divina, medieval, me hace recordar por supuesto a Praga, pero a su vez, con otra personalidad, y es que desde temprano se puede ver una cantidad enorme de gente, no solo turistas, sino la gente de la ciudad, hay por montones! Una ciudad muy viva, muy joven además, super caminable y por supuesto, con una historia reciente de super trascendencia.

Cracovia fue el blanco por excelencia del régimen Nazi, y luego del régimen socialista, pero no solo eso, también tiene ese largo legado de siglos atrás. Hablando de Auswitch, esto merece un apartado, si bien la experiencia es única y estar en el lugar es tremendo, la velocidad con la que va el tour (que entiendo es la única forma de entrar) va muy rápido, no permite o al menos limita mucho la experiencia para apreciar cada uno de las exposiciones, me hubiese gustado quedarme más tiempo en cada una de las paradas para contemplarlo aun más, es tremendo cuando no solo se le pone un rostro, sino que ves directamente las propiedades, las valijas, el pelo! Literalmente montañas de pelo de las víctimas, eso es realmente impresionante, pero luego pasar por la cámara de gas es una experiencia muy expresa, como quien pasa por un pasillo del subte. Apenas pude apreciar las paredes, donde hay marcas como surcos que nos contaba la guía acerca de que las víctimas, en su desesperación rasguñaban las paredes. O los hornos crematorios, se pasa simplemente muy rápido.

Aun así, ni falta decir que es una experiencia de vida, de esas que vienen a recordar que esa historia de la que he consumido por años es más real que nada.

Luego, simplemente me gusto, muy amables, tranquilos, muy silenciosa, antigua, esa sensación de estar en un cuento cuando se camina por ahí. Ya quedé con ganas de seguir yendo a Polonia, un país cercano, fácil de llegar, baratito y buena onda. Sin duda, otro amor!

Nos leemos en la próxima.

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