Esta semana se cumplió mi primera vuelta al sol en Alemania, fue mi plan. Llegar el 1ro de julio porque quería dar inicio a mi próximo año de vida en mi nuevo destino, y así fue, recuerdo esa primera semana de exploración plena, tenía su gusto, recuerdo haberme comprado una torta y disfrutarla en aquel primer depto. temporal, mi mayor regalo había sido justamente estar acá finalmente.
Como ya conté en posteos anteriores, este año trajo verdaderos golpes de suerte y otros episodios bastante penosos. Aun así, desde hace varios meses mi situación se ha estabilizado afortunadamente.
En este tiempo me permitió conocer el día a día y más importante, tener elementos con los que poder armar una expectativa, un plan. Paralelamente he podido establecer una no-expectativa en cuanto al relacionamiento social, esto procedo a explicarlo más detalladamente: desde el principio me puse como prioridad lo social, el crear una red de contactos activamente y a eso me aboqué, si bien nunca esperé tener una gran cantidad de amigos, no más de 10 si queremos ser más específicos, los resultados de tantos eventos para conocer gente han sido honrosos, aunque limitados. Me siento muy a gusto con quienes he incorporado como amigos en mi vida por estas latitudes. Si tenía la expectativa de hacer amistades o relacionarme más con gente alemana, que naive! Resultó ser algo nada pero que nada fácil.
Pero luego me explayare sobre ese tema, vamos creo yo, al punto más importante de este posteo: La verdad es que luego de este primer año pude rápidamente reconocer que no me cautivó, que no quiero establecerme en Alemania por un periodo extendido de mi vida, que no veo expectativa alguna de prosperidad realmente significativa. Suena raro cuanto estas palabras van dirigidas a “la economía líder de la UE” pero al menos en mi experiencia, es mi conclusión. El objetivo de emigrar de Argentina fue el poder salir del desastre económico que representa y en pos de este mejor porvenir es que me embarque en este proyecto. El estar desempleado fue una circunstancia que me sirvió para obtener más información acerca de cómo funciona el mercado laborar, salario promedio (para un perfil como tecnológico como el mío) el sistema impositivo y no menor, cómo funciona la burocracia. Rápidamente me di cuenta de que mi pretensión salarial ya está en lo máximo que la mayoría de las empresas pagarían sin llegar a ser gerente. Descubrí que, sin sorpresas, esta todo bastante regulado y que difícilmente aparecerá alguna oportunidad por encima de ese rango, y así, junto a otra serie de circunstancias, me fue cayendo la ficha de que, desde la perspectiva económica, Alemania dista de ser una oportunidad prometedora.
Luego vino la sección de situaciones que voy a agrupar como “anecdóticas”, que refiere a lo vivencial a esos momentos e interacciones sobre las que se tiene poco control. Anteriormente hablaba de lo que me pasaba a la hora de intentar relacionarme con gente local, simplemente no pasa, no hay un small talk o una manera de iniciar una conversación casual de forma espontánea, lo que existe y esto me dejo bastante sorprendido, es una repuesta aprendida casi que, de forma automatizada, con cada persona que por alguna casualidad surgió el tema, la respuesta a la socialización es algo bastante similar a esto:
“Si se puede socializar, solo que tenes que unirte algún club deportivo o una comunidad donde vayas regularmente, así, con el tiempo, tus compañeros se sentirán en confianza y se abrirán un poco hasta y así va avanzando”
Me pareció increíble escuchar esta respuesta predeterminada de gente más joven, gente mayor, que vienen de pueblos o ciudades grandes, no importa la procedencia o las vidas que lleven, parece que se trata de sumarse a un proceso de asimilación a velocidad de oficina publica que quizás, en algún momento, cuando así la alineación de planetas lo determine, rendirá sus frutos. Simplemente, no tengo ganas de desgastarme en eso. Afortunadamente, elegí a la más cosmopolita de las ciudades alemanas y entre extranjeros, casi sin importar de donde vengan, entre nosotros nos entendemos mejor. Ese es otro fenómeno que también se da mucho y que me llama la atención: Hay tres preguntas básicas (que yo en particular evito hacer) que siempre se hacen en estos eventos de conocer gente:
De dónde sos?
Cuanto tiempo llevas en Alemania?
Te gusta Alemania?
Siempre hago el chiste que parece dialogo de presidiarios, pero en general estas son preguntas típicas que se hacen entre extranjeros. Las primeras preguntas son, claro está, respondidas sin problemas, la tercera relativamente, ya que implica mayor elaboración, ahí si hay que arriesgarse con algo más propio, que por lo general es un no acompañado de algún juicio basado en experiencias negativas, las cuales compartimos entre varios. Esto lo relato como la apreciación de un patrón social que me ha sorprendido de lo repetido que es. Acá un sociólogo se emparcha.
Aun así, y he aquí otras de las lecciones aprendidas durante la terapia, siento que aprendí a ubicar las emociones. Alemania me sigue interesando como país, para conocerlo, para disfrutarlo y así lo vivo, sigo teniendo intereses de continuar aprendiendo alemán y en especial en estos días de más luz, me gusta recorrer la ciudad hasta tarde y claro, me gusta ir conociendo gente, de hecho, el dia en que oficialmente cumplo un año en Alemania, me fui a conocer un pueblito y a la noche, conocer gente, la pase super bien. Y es que después de todo es mi presente y tengo que vivirlo de la mejor manera posible, aun cuando mi deseo este puesto en proyectar acá y me haya costado lo que me costó llegar y establecerme, ¡todo forma parte del viaje!
¡Es hermoso ahora tener la mente despejada y abierta para planificar un nuevo lugar, un nuevo capítulo de esta aventura! Por ahora, se viene mi cumple y lo celebro de una manera bastante simbólica, ¡yéndome de acá! ¡Pero esa la cuento en otra entrega, suficiente por ahora!
¡Gracias si te molestaste en llegar hasta acá!
Abrazos!
Leave a Reply